El aceite de oliva virgen extra (AOVE), el orgullo de toda cocina, es un elemento básico que añade riqueza y sabor a los platos. Sin embargo, ¿caduca? La respuesta corta es sí, pero no del mismo modo que los alimentos perecederos. Analicemos los matices de la caducidad del AOVE y cómo puedes garantizar su duración.
Fecha de consumo preferente: Cada botella de AOVE suele llevar una fecha de "consumo preferente", que indica cuándo su sabor y calidad son óptimos. Aunque consumirlo después de esta fecha no supone un riesgo para la salud, el aceite podría ir perdiendo su frescura y su fuerte sabor.
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Rancidez: El principal culpable de la caducidad del AOVE es la oxidación, que provoca rancidez. El aceite rancio no hará daño, pero su olor y sabor desagradables, a menudo comparados con los de las ceras de colores o el moho, restan valor a la experiencia culinaria.
Vida útil: Las botellas de AOVE sin abrir conservan su calidad durante 18-24 meses a partir de la fecha de embotellado. Una vez abierto, es aconsejable utilizarlo en el plazo de 6 meses para disfrutar de su mejor sabor.
Consejos para prolongar su vida útil:
- Evitar la luz: Almacena tu AOVE en un lugar fresco y oscuro.
- Protegerlo del calor: Mantenlo alejado de fuentes de calor, como los fogones, ya que el calor acelera la oxidación.
- Cerrar herméticamente: Asegúrate de que la botella está bien cerrada después de cada uso para minimizar la exposición al aire.
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En resumen, aunque el aceite de oliva virgen extra tiene una vida útil, un almacenamiento adecuado y un consumo oportuno pueden prolongar su frescura, garantizando que tus platos sigan deleitando el paladar.